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martes, 18 de noviembre de 2014

Voyages: La ciudad del amor

Fuente Paula Alonso A.

Escribir la publicación de hoy me ha dado mucha morriña, cada vez que reviso la carpeta de fotos de mi último viaje a París me dan ganas de volver. A pesar de ello tenía muchas ganas de compartir con vosotros algunos pensamientos. Ostenta el título de Ciudad del Amor, pero no tiene por qué visitarse solo en modo romántico con nuestra pareja.

No creo que os vaya a descubrir nada nuevo de París que no podáis saber ya… es una ciudad de la que no te puedes olvidar y seguro que los que la hayáis visitado querréis volver. Os recomendaría recorrer sus calles y pasear observando no solo los lugares más populares, sino también los edificios más corrientes y rincones que no aparecen destacados en las guías de viaje, porque cualquier rincón de París tiene algo especial. No puedo deciros cual es la mejor época del año para visitarla, cualquier época del año puede ser perfecta para ello.

Fuente: Paula Alonso A.
Vistas desde las torres de Notre Dame

La ESTA web puede ayudaros a preparar vuestra visita. En ella encontrareis información de todo tipo, para mí la más útil fue la que encontré acerca de las tarjetas Paris Museum Pass y Paris Pass que nos ahorraron mucho tiempo evitándonos colas para comprar entradas y que os recomiendo que compréis.
También tenéis la web oficial de la oficina de turismo.

Fuente: Paula Alonso A.
Vistas de Ile de la cité


Fuente: Paula Alonso A.
El Sena desbordado


En cuanto a alojamientos, está claro que como en cualquier ciudad turística todo lo cercano al centro se dispara de precio. No sabría deciros cual es la mejor zona porque prácticamente todos los barrios tienen algo que visitar. Yo me interese por un hotel que tuviera buena comunicación desde el aeropuerto y para luego movernos en metro. Por si a alguno le interesa era el Hotel ConcordeMontparnasse  y me pareció encantador, un trato estupendo por todos sus empleados y lo que más valoro, una habitación de lujo. Pocos hoteles he encontrado con camas realmente confortables y que no me hagan extrañar mi casa.

Fuente: Hotel Concorde Montparnasse  
 
Fuente:  Hotel Concorde Montparnasse

No dejéis de probar crêpes dulces y salados, entrar en Ladurée y degustar cualquiera de sus pasteles y por supuesto comprar macarons de los mejores que he comido. Aprovechar la ocasión para comer por el barrio latino, donde encontrareis restaurantes de diversos tipos y precios.
  
Fuente: Paula Alonso A.
Crêpes salados en un puesto navideño de los Campos Elíseos

Fuente: Paula Alonso A.
Macaron de chocolate de Ladurée


No quería daros la plasta con la típica lista de lugares interesantes que visitar, pero si voy a dejaros mi selección de recuerdos y lugares especiales durante mí última visita.

Fuente: Paula Alonso A.
Catedral Notre Dame

Fuente: Paula Alonso A.
Gárgolas en las torres de Notre Dame

Fuente: Paula Alonso A.
Sainte Chapelle desde dentro

Fuente: Paula Alonso A.
Torre Eiffel iluminada  

Fuente: Paula Alonso A.
Tiendas de los Campos Eliseos

Fuente: Paula Alonso A.
Vistas de los Campos Eliseos desde el Arco del Triunfo

Fuente: Paula Alonso A.
Jardines de Luxemburgo

Fuente: Paula Alonso A.
Jardines de Luxemburgo

Fuente: Paula Alonso A.
Fachada museo Louvre

Fuente: Paula Alonso A.
Pirámide del Louvre

Fuente: Paula Alonso A.
Museo Louvre

Fuente: Paula Alonso A.
Palacio Nacional de los Invalidos

Fuente: Paula Alonso A.
Museo Petit Palais

Fuente: Paula Alonso A.

Fuente: Paula Alonso A.

Fuente: Paula Alonso A.

Fuente: Paula Alonso A.
Entrañas de la Torre Eiffel

Fuente: Paula Alonso A.
Reproducción de la Estatua de la libertad

Foto típica de la ciudad romántica

Fuente: Paula Alonso A.
Mercado de las flores

Fuente: Paula Alonso A.



Por supuesto me quedaron cosillas por visitar, pero también es bueno dejar cosas pendiente en los lugares que visitamos porque así tenemos más motivos para volver a ellos.






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PAULA ALONSO A. 

lunes, 14 de abril de 2014

Voyages: La Toscana, tú y yo.

Cuando pienso en lunas de miel pienso en placeres terrenales, la buena vida, la belleza, las muchas horas perdidas y los comienzos marcados por buen vino, y para eso qué mejor que los placeres italianos de la Toscana. Coger un coche, echarse a esas carreteras llenas de polvo y disfrutar de quince días de absoluta relax. Para empezar, llega a Florencia y visítalo todo. Pasea por los largos passillos de L'Accademia y por la Galleria de los Uffizi. Ya habíamos dicho que esto iba de placer, ¿no?
Galería de los Uffizi

A partir de ahí puedes perderte en las bodegas del Valle de Chianti, corazón de la toscana y lugar favorito de foodies, amantes del vino y otras clases de gente inteligente. Si no te gusta el vino, camina por Greve , Castellina o Radda. Puede que te enamores de todas esas pequeñas montañas y no quieras salir, pero aún queda mucho más.
Valle del Chainti
Hay ciudades que no te debes perder, entre ellas Arezzo, Montefioralle, Volterra (a la que muchos recordarán por Crepúsculo) y el Valle de Chiana donde encontrarás monumentos como el Duomo de Cortona, las callejuelas de Civitavella in Val di Chiana o de Montepulciano y las aguas termales de Chanciano Terme.
Montefioralle
Chiana

Para los que les gusten los lugares escondidos, alejados de turistas y otra clase de maleantes, Grosseto. Una ciudad secreta con murallas hexagonales y arquitectura medieval que es una auténtica delicia. Ya estamos junto al mar y es el momento de pasear y divagar entre el paseo marítimo de Porto Santo Stefano, la isla de San Giglio o el Promontorio del Argentario.
San Giglio
Argentario

Para recorrer calles con encanto, el casco histórico de Lucca te dará una mañana fantástica entre torres, mármol y terrazas en la plaza del anfiteatro. Pero en cualquier caso, vayas donde vayas, visites los pueblos que visites, hazlo relajadamente, bebiendo buen café, cenando pizzas de masa fina y sin pensar en el día que tendrás que volver.



Luna Carmona.

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lunes, 31 de marzo de 2014

¿Nos tomamos un café?

El café es una forma de vida. Lees y bebes café. Piensas en un momento especial y huele a café. Es lo primero que toca mis labios cada mañana y como una frase dice, el café es para los que no quieren dormir pero sí quieren soñar. Por eso, por ser la adicción legal de personas muy creativas, el café lleva unos años rodeándose del mejor diseño. Desde el Café Negro de México DF hasta el Bow Truss en Chicago. Porque al final, los amantes cafeteros, acabamos peregrinando en busca de ese momento, ese en el que te sientas en un sitio nuevo pero te sientes como en casa. Guilty Pleaschures. Qué le vamos a hacer. 



De aquí de la capital podríamos destacar algunos muy especiales pero honestamente, cada cafetería se merece un homenaje así que hablemos solo de uno, en este caso del Federal. Podrás encontrarme sentada en esas magníficas sillas, encerrada en su local de la  Plaza de las Comendadoras, 9. Por el café y por todo lo demás. Es bonito, es alegre, tiene algo especial, la comida está de lujo y cada mañana me tientan un poco con algunas de sus propuestas en facebook. Así que ahora está en tu mano, creo que te lo he dejado bastante claro...en fin...tú me dirás...lo pagamos a medias o te invito pero....¿nos tomamos un café?

Imagen Café Federal

Luna Carmona.

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domingo, 2 de febrero de 2014

Voyages: Chicago, haciéndole cosquillas al cielo

Chicago is an unexpected city. First, for being the second one city a country full of routes, buildigns and films which testify him. Second, because the cold doesn't make you feel paralized if not  makes you feel alive. Third, because his dizzying heights allow you tickling to the sky. 
I choosed Chicago by Art. Is one of the cities where you can find more Galleries on America. Also, I could enjoy amazing pieces of De Kooning, Pollock, Warhol and Matisse on Art Institute of Chicago. There, I lived the sweetest encounter with my favourite painting of Hopper, Nighthawkes. The piece overwhelmes you and it's fascinating, it take off your breath and makes you feel alone in a room with crowd of people. Other galleries: La Llorona. Mexican art with affection and an explosion of colours. 
I choosed Chicago by blues. Birthplace of many artist, musicians, a phase of jazz, Al Capone and their minions. Sounds like a motion picture but It wasn't. That torn flavor which the streets exude, musicians everywhere who strain their voices in the middle of the snow and the wind coming through your neck. Making you shiver. 
For a good coffee, The Bow Truss. The roast the coffee in the Cafeteria. Little, interesting, with old tables and one shelf which is actually a canoa. The shop assistant are tattooed, the chairs creak, but fuck...such a good coffee. 
I choosed Chicago to touch the sky. There is so many places where you can do it, I choosed Sears Tower. If that moment doesn't hit your stomach, simply your are not alive. Or not enough as to be happy.
After I fell in love of this city who tickling the sky, I was incapable to say goodbye.  So she is there, waiting for me, waiting that I come back. Go and visit her stead on me if you can, while.


Chicago es esa ciudad inesperada. Primero por ser la segunda de un país plagado de rutas, edificios y películas que dan testimonio de él. Segundo, porque su frío no te paraliza sino que te hace sentir viva. Tercero, porque sus alturas de vértigo te permiten hacerle cosquillas al cielo. 



Elegí Chicago por el arte. Es una de las ciudades con más galerías a visitar que hay en EEUU. Además, pude disfrutar de obras increíbles de De Kooning, Pollock, Warhol y Matisse en el Art Institute of Chicago. Allí tuve encuentro de lo más dulce con una de mis obras favoritas de Hopper, Nighthawkes.  La obra te apabulla y fascina a la vez, te deja sin aliento y te hace sentir a solas en medio de una sala plagada de gente. Otra de sus galerías: La llorona (1474 W Webster Ave). Arte mexicano con cariño y explosión de colores.


Elegí Chicago por el blues. Cuna de muchos grandes artistas, de una etapa del jazz, de Al Capone y sus esbirros. Suena de película pero fue real, con ese sabor desgarrado que destilan las calles y músicos por doquier que entre la nieve y el viento cuelan sus voces aterciopeladas entrando por tu nuca, haciéndote temblar. Cualquier lugar es bueno pero el área de Fullerton está especialmente llena de locales donde disfrutar de noches de música. 


Para el buen café, The Bow Truss. Ellos mismos tuestan el café en la cafetería. Pequeño, interesante, con mesas antiguas y una estantería que en realidad es una canoa. Los dependientes están tatuados, las sillas crujen, pero joder...qué buen café. 


Elegí Chicago para tocar el cielo. Sentir el vértigo y hacerle cosquillas a la ciudad. Hay muchos lugares desde donde puedes hacerlo. Yo elegí Sears Tower. Si esto no te golpea el estómago al entrar allí es que sencillamente no estás vivo, o no lo suficiente como para ser feliz. 


Para los amantes de los libros, que se pierdan en Myopic Books. Imposible no querer ir, aunque solo sea por el olor. 


No creo que se pueda decir mucho más aunque queda todo por contar. Comí pizza en Giordanos, un hot dog Viena, vi nevar cada noche, me caí en el hielo, me rei, bailé y hasta lloré. Después de enamorarme de la ciudad que hacía cosquillas al cielo fui incapaz de despedirme de ella. Así que allí está, esperándome, esperando a que vuelva.Visitádla por mi si podéis mientras tanto.


Luna Carmona. 

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